Pensar políticamente acerca a los lectores a la visión de Michael Walzer a través de una selección de ensayos escritos por el autor que ahondan sobre diversas temáticas. La lectura de este libro demuestra lo complejo que resulta encuadrar al autor en una corriente de pensamiento política o filosófica concreta. Crítico del liberalismo en lo que respecta al intervencionismo del Estado en temas económicos o sociales, Walzer no duda en subrayar aspectos positivos de la separación de distintas esferas de poder. A continuación se abordarán algunos de los temas relevantes del libro.
Un aspecto interesante que se trata en el texto es el conflicto entre filosofía y democracia. Ya desde el primer capítulo, y hablando de la democracia, recoge: «Los ciudadanos son súbditos de la ley, y si han de ser hombres y mujeres libres obligados a cumplir dicha ley, también deben ser sus creadores»[1]. Ése es el argumento de Rousseau al que Walzer hace referencia en varias ocasiones en su libro: cómo la importancia de resaltar la diferencia dentro del Estado de la fuerza (poder ejecutivo) y la voluntad (poder legislativo), se hace palpable. Tal y como sostuviera Rousseau en algunas de sus obras[2] [3], el poder legislativo recae en el pueblo soberano, mientras que el ejecutivo se mantiene separado –supuestamente, para evitar la corrupción-, y esta función la ostenta el Gobierno. «De ahí que no sólo sea cierto que el pueblo tiene un derecho procedimental a hacer las leyes, desde el punto de vista democrático, que el pueblo haga las leyes es lo correcto, aunque las leyes que haga sean incorrectas»[4], escribe Walzer. Un aspecto muy relevante puesto que presupone, en un gobierno democrático, el derecho del pueblo a «actuar de forma equivocada […], el mismo derecho que tiene a actuar de forma estúpida»[5], dentro de un determinado ámbito.
Otro tema que aborda el libro es lo que se puede o no hacer en la guerra contra el terrorismo[6]. Que Barack Obama citara dicha teoría sobre la «Guerra justa» en su discurso cuando recibió el Premio Nobel de la Paz[7] en 2009 es prueba de ello, cuando sostuvo que algunas veces la guerra es necesaria, pero que una «guerra justa» podría conducir a una «paz justa». Para Walzer no puede justificarse que los terroristas involucren a la sociedad civil, aunque subraya que no debe combatirse persiguiendo a aquellos que lo apoyan, sino a quienes lo sustentan materialmente.
Otro de los grandes temas del libro es la cuestión de las intervenciones de los Estados sobre un tercero. Un aspecto especialmente interesante debido a la voluntad del autor de replantear la doctrina empleada hasta la fecha[8] por los cambios en la sociedad, que ahora es más consciente de las situaciones de este tipo gracias a los avances tecnológicos. Pero también debido a la actualidad de este debate no solo en el mundo, sino también en España y en concreto con respecto a sucesos recientes ocurridos en Cataluña.
Si bien el autor defiende que ningún Estado debe inmiscuirse en los problemas internos de otro, sí plantea supuestos en los que esta máxima podría romperse. Quizá el punto más crítico del debate sea que Walzer defienda la necesidad de que la situación sea extrema para que se justifique la intervención por parte de uno o varios Estados sobre otro. La línea que traza Walzer entre cuándo sería necesaria «una respuesta internacional (sin llegar al uso militar de la fuerza), –como sanciones económicas o presiones diplomáticas- y en qué supuestos estaría justificada una intervención con presencia militar refleja muy bien que el autor maneja un concepto minimalista de los derechos humanos.
De aquí surgen algunas reflexiones que quedan sin respuesta, y que darían probablemente lugar a un buen debate. ¿Cuándo un gobierno deja de ser legítimo por «no hacer lo que tiene que hacer» o no encajar con su comunidad, como parecer sugerir el autor? ¿Es el «mínimo moral común» del que habla Walzer realmente común en todas las sociedades? ¿Dónde está el limite entre el derecho y el deber de actuar de los Estados, sobre todo cuando los posibles riesgos no parecen elevados? ¿Hasta qué punto y en qué supuestos tienen las personas derecho a ser protegidas por un tercero?
Por otro lado, y con respecto a la posibilidad de una respuesta internacional (entendida en este caso como no militar y en el marco de pertenencia a una comunidad como es la europea), también parece faltar en la reflexión del autor un matiz intermedio que sirviera para ilustrar situaciones como por ejemplo la que se vive actualmente en Cataluña. A saber, uno que tuviera en cuenta la posibilidad de actuar –por ejemplo, en mediación- para limitar efectos o consecuencias, o cómo recoge el autor, aunque no ahonda sobre el tema, «de actuar […] en previsión» [9].
C. Benlloch
Notas
[1] Walzer, Michael. 2010. “Filosofía y democracia”. (Pág. 34-35). En Pensar políticamente. Barcelona. Paidós.
[2] Rousseau, Jean-Jacques. 1762. Du contrat social ou Principes du droit politique. Francia. Le libre de poche (2002).
[3] Rousseau, Jean-Jacques. 1755. Discours sur l’origine et les fondements de l’inégalité parmi les hommes. Francia. Le libre de poche (2002).
[4] Walzer, Michael. 2010. “Filosofía y democracia”. (Pág. 39). En Pensar políticamente. Barcelona. Paidós.
[5] Walzer, Michael. 2010. “Filosofía y democracia”. (Pág. 36). En Pensar políticamente. Barcelona. Paidós.
[6] Walzer, Michael. 2010. “Terrorismo y Guerra justa”. En Pensar políticamente. Barcelona. Paidós.
[7] Obama, Barack. 2009. Nobel Peace Prize Lecture. Publicado en: Nobelprice.org. Recuperado de: https://www.nobelprize.org/nobel_prizes/peace/laureates/2009/obama-lecture_en.html
[8] Walzer, Michael. 2010. “El argumento de la intervención humanitaria”. (Pág. 329-331). En Pensar políticamente. Barcelona. Paidós.
[9] Walzer, Michael. 2010. “Más allá de la intervención humanitaria”. (Pág. 361). En Pensar políticamente. Barcelona. Paidós.
Datos de la obra
MICHAEL WALZER, Pensar políticamente. Paidós, barcelona, 2010. Selección, introducción y edición de David Miller. 480 páginas.